Daniel Scioli Se reconoce como un muchacho de barrio que no sueña con ser presidente. No cree en el psicoanálisis, y dice que la mejor terapia es el trabajo. Su relación con el poder y las mujeres.
-¿Eras el millonario del barrio?-No. Nací en un típico hogar de clase media, en Corrientes y Humboldt, una esquina tanguera. Mi abuelo tenía un comercio de electricidad y con el tiempo se fue convirtiendo en una casa de electrodomésticos.-¿Cómo fue tu incursión en el deporte?-Lo primero que practiqué fue natación en el Club Villa Crespo. Luego siguieron el tenis, el basquet, y la pelota a paleta. En todos estaba federado.-¿Cuándo empezaste con la motonáutica?-Un amigo me invitó a dar una vuelta en una lancha de carrera y me entusiasmé. Al poco tiempo me anoté en mi primer carrera, en Mar del Plata, y salí último, y eso me dio mucha bronca. Con el tiempo me preparé mejor hasta que empecé a ganar y salí campeón del mundo.-¿Querías ser político?-Tenía vocación. Empezó a hacerme cosquillas hace como quince años, cuando iba a los actos de Raúl Alfonsín, que era muy amigo de mi papá. Sentía una seducción muy especial por las grandes movilizaciones, de su mensaje, siempre defendiendo valores democráticos. Y cuando tuve la oportunidad me gustó.-¿Te imaginabas como vicepresidente?-Siempre que encaro algo, trato de tener la máxima responsabilidad de resultado. -¿Te seduce ser presidente?-Tengo los pies en la tierra, muchas veces es mi diferencia con algunos políticos tradicionales. Todo llega como consecuencia del esfuerzo y el trabajo. No es una meta en mi cabeza, hoy estoy totalmente dedicado a esto y no quiero tener visiones. Tengo 48 años y empecé hace siete. Tampoco la vida para mí es la política o nada: se pueden hacer muchas cosas por el país sin tener un cargo de responsabilidad pública.-¿Cómo hacés para estar con todos los gobiernos de turno?-Yo me considero un servidor de mi país y estoy dispuesto a colaborar. Cada vez que me convocan trato de concentrar la responsabilidad de gestión que me toca en cada una de las etapas. Hace siete años que empecé, y todo lo encaré desde un punto de vista constructivo y buscando consenso.-¿Poseés la fortaleza que aparentás?-No soy de desanimarme. Me gusta tener una mirada de fe, esperanza y optimismo hacia el futuro. Creo que las adversidades que he tenido, me han dado serenidad y seguridad. Me preparó para esta responsabilidad que tengo. -En el período que te separaste de Karina, ¿fuiste muy mujeriego?-Eh (piensa), lo normal, como un hombre que estaba separado. Lo que pasa es que una persona pública esta mucho más expuesta a que le inventen un romance. En el fondo nunca dejé de estar con la expectativa de que con Karina íbamos a volver a darnos una oportunidad, dejamos la relación en un punto de respeto, cariño y afecto, que se fue manteniendo. -¿Cómo sos con los afectos?-Los cuido. Soy leal, coherente. Son tiempos, tengo mis amigos de siempre. Es un camino de ida y vuelta.-¿Y como padre?-Soy comprensivo, exigente. En todo momento trato de transmitirle mi visión y mi experiencia. Mi hija es crítica, me gusta mucho su personalidad. Es un gran mérito de como la educó su madre. Hoy vivimos todos en armonía: la madre, ella, Karina y yo. Eso me hace muy feliz. Cuando uno tiene un trabajo como éste, hace falta una gran fortaleza espiritual para poder apuntalarte en los momentos difíciles.-Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer...-Sí. Si los hombres escucháramos más a las mujeres nos iría mejor, cometeríamos menos errores ( risas).-¿En algún momento te analizaste?-Cuando tuve el accidente, tuve algunas charlas que fueron importantes para poder asumir una situación muy traumática. Pero después, Karina me cargaba, decía que terminaba hablando cualquier cosa con el psicólogo. Confié en que la mejor terapia iba a ser el trabajo.-Pareces muy espiritual.-Y, sí. Es de donde saco fuerzas para seguir adelante. No me gusta aferrarme a las cosas materiales. Tenía una lancha hermosa y un día se me dio vuelta y se me hundió, tenía un departamento y se me incendió, tuve un montón de cosas y las perdí. Mi seguridad es mi fuerza interior, mi espiritualidad. Los médicos le decían a mi familia que tuvieran cuidado porque iba a caer en un profundo pozo depresivo. Y por el contrario, por ahí me deprimieron otras cosas.-¿Cuáles?-Cuando perdí a mis padres, o la lucha de mi madre contra el cáncer. Me hubiese gustado que mi padre me viera como vicepresidente, y murió poco tiempo antes. Son cosas, ¿no?-Aparentemente la gente que tiene poder tiene más desarrollado un hemisferio cerebral que el otro. ¿Será tu caso?-No hay que creérsela. No es que porque hoy ocupo un lugar tengo una forma de ser y mañana si estoy en otro lo cambio. Me encanta cuando la gente en la calle me sigue llamando Daniel. Encontrarme con mis amigos de siempre, las reuniones familiares, me gusta que mi hija trabaje en lo suyo, que Karina trabaje en lo que le gusta.-¿Sos celoso?-No. Puedo tener un celo lindo para que el otro se sienta halagado y reconocido, pero jamás un celo destructivo y de inseguridad. -¿Qué tiene que tener una mujer para que te atraiga?-Es una combinación de seducción con inteligencia, lo que transmite y lo físico. Un conjunto que hacen a la belleza más profunda, la que tiene que ver con la mirada y con la forma de decir las cosas. Hay mujeres que son muy monas y no te dicen nada y hay otras que físicamente no son agraciadas pero son una máquina de seducir. Yo la tengo a Karina que es la síntesis de lo mejor de cada una.Elegiste una de las más lindas...-Si, pero bueno el amor toma otras formas. Con el tiempo uno valora el compañerismo, la belleza en toda su dimensión, que a la hora de las adversidades siempre está.
-¿Eras el millonario del barrio?-No. Nací en un típico hogar de clase media, en Corrientes y Humboldt, una esquina tanguera. Mi abuelo tenía un comercio de electricidad y con el tiempo se fue convirtiendo en una casa de electrodomésticos.-¿Cómo fue tu incursión en el deporte?-Lo primero que practiqué fue natación en el Club Villa Crespo. Luego siguieron el tenis, el basquet, y la pelota a paleta. En todos estaba federado.-¿Cuándo empezaste con la motonáutica?-Un amigo me invitó a dar una vuelta en una lancha de carrera y me entusiasmé. Al poco tiempo me anoté en mi primer carrera, en Mar del Plata, y salí último, y eso me dio mucha bronca. Con el tiempo me preparé mejor hasta que empecé a ganar y salí campeón del mundo.-¿Querías ser político?-Tenía vocación. Empezó a hacerme cosquillas hace como quince años, cuando iba a los actos de Raúl Alfonsín, que era muy amigo de mi papá. Sentía una seducción muy especial por las grandes movilizaciones, de su mensaje, siempre defendiendo valores democráticos. Y cuando tuve la oportunidad me gustó.-¿Te imaginabas como vicepresidente?-Siempre que encaro algo, trato de tener la máxima responsabilidad de resultado. -¿Te seduce ser presidente?-Tengo los pies en la tierra, muchas veces es mi diferencia con algunos políticos tradicionales. Todo llega como consecuencia del esfuerzo y el trabajo. No es una meta en mi cabeza, hoy estoy totalmente dedicado a esto y no quiero tener visiones. Tengo 48 años y empecé hace siete. Tampoco la vida para mí es la política o nada: se pueden hacer muchas cosas por el país sin tener un cargo de responsabilidad pública.-¿Cómo hacés para estar con todos los gobiernos de turno?-Yo me considero un servidor de mi país y estoy dispuesto a colaborar. Cada vez que me convocan trato de concentrar la responsabilidad de gestión que me toca en cada una de las etapas. Hace siete años que empecé, y todo lo encaré desde un punto de vista constructivo y buscando consenso.-¿Poseés la fortaleza que aparentás?-No soy de desanimarme. Me gusta tener una mirada de fe, esperanza y optimismo hacia el futuro. Creo que las adversidades que he tenido, me han dado serenidad y seguridad. Me preparó para esta responsabilidad que tengo. -En el período que te separaste de Karina, ¿fuiste muy mujeriego?-Eh (piensa), lo normal, como un hombre que estaba separado. Lo que pasa es que una persona pública esta mucho más expuesta a que le inventen un romance. En el fondo nunca dejé de estar con la expectativa de que con Karina íbamos a volver a darnos una oportunidad, dejamos la relación en un punto de respeto, cariño y afecto, que se fue manteniendo. -¿Cómo sos con los afectos?-Los cuido. Soy leal, coherente. Son tiempos, tengo mis amigos de siempre. Es un camino de ida y vuelta.-¿Y como padre?-Soy comprensivo, exigente. En todo momento trato de transmitirle mi visión y mi experiencia. Mi hija es crítica, me gusta mucho su personalidad. Es un gran mérito de como la educó su madre. Hoy vivimos todos en armonía: la madre, ella, Karina y yo. Eso me hace muy feliz. Cuando uno tiene un trabajo como éste, hace falta una gran fortaleza espiritual para poder apuntalarte en los momentos difíciles.-Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer...-Sí. Si los hombres escucháramos más a las mujeres nos iría mejor, cometeríamos menos errores ( risas).-¿En algún momento te analizaste?-Cuando tuve el accidente, tuve algunas charlas que fueron importantes para poder asumir una situación muy traumática. Pero después, Karina me cargaba, decía que terminaba hablando cualquier cosa con el psicólogo. Confié en que la mejor terapia iba a ser el trabajo.-Pareces muy espiritual.-Y, sí. Es de donde saco fuerzas para seguir adelante. No me gusta aferrarme a las cosas materiales. Tenía una lancha hermosa y un día se me dio vuelta y se me hundió, tenía un departamento y se me incendió, tuve un montón de cosas y las perdí. Mi seguridad es mi fuerza interior, mi espiritualidad. Los médicos le decían a mi familia que tuvieran cuidado porque iba a caer en un profundo pozo depresivo. Y por el contrario, por ahí me deprimieron otras cosas.-¿Cuáles?-Cuando perdí a mis padres, o la lucha de mi madre contra el cáncer. Me hubiese gustado que mi padre me viera como vicepresidente, y murió poco tiempo antes. Son cosas, ¿no?-Aparentemente la gente que tiene poder tiene más desarrollado un hemisferio cerebral que el otro. ¿Será tu caso?-No hay que creérsela. No es que porque hoy ocupo un lugar tengo una forma de ser y mañana si estoy en otro lo cambio. Me encanta cuando la gente en la calle me sigue llamando Daniel. Encontrarme con mis amigos de siempre, las reuniones familiares, me gusta que mi hija trabaje en lo suyo, que Karina trabaje en lo que le gusta.-¿Sos celoso?-No. Puedo tener un celo lindo para que el otro se sienta halagado y reconocido, pero jamás un celo destructivo y de inseguridad. -¿Qué tiene que tener una mujer para que te atraiga?-Es una combinación de seducción con inteligencia, lo que transmite y lo físico. Un conjunto que hacen a la belleza más profunda, la que tiene que ver con la mirada y con la forma de decir las cosas. Hay mujeres que son muy monas y no te dicen nada y hay otras que físicamente no son agraciadas pero son una máquina de seducir. Yo la tengo a Karina que es la síntesis de lo mejor de cada una.Elegiste una de las más lindas...-Si, pero bueno el amor toma otras formas. Con el tiempo uno valora el compañerismo, la belleza en toda su dimensión, que a la hora de las adversidades siempre está.
Daniel Scioli reivindicó a "la religión y el deporte"
En la escuela deportiva de la Fundación Padre Mario en González Catán y junto a presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, el también candidato a gobernador bonaerense resaltó a una y otro como grandes valores sociales.
El vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli, junto al presidente de Real Madrid, Ramón Calderon, visitó hoy la escuela deportiva que la fundación del Padre Mario, que cuenta con el apoyo de ese club deportivo, en la localidad bonaerense de González Catán. Scioli reivindicó a la "la religión y el deporte" como pilares para "rescatar las instituciones y superar dificultades". En un escenario improvisado en el interior del Polideportivo, Scioli se dedicó a resaltar la obra del religioso, al tiempo que agradeció la colaboración que la institución española brinda a la institución. Junto al candidato kirchnerista para la gobernación bonaerense se encontraban el presidente del Real Madrid, Ramón Calderón; su vice, Amador Suárez Villa; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza; el presidente de la Obra del Padre Mario, Carlos Garavelli, y funcionarios locales y municipales.
El vicepresidente de la Nación, Daniel Scioli, junto al presidente de Real Madrid, Ramón Calderon, visitó hoy la escuela deportiva que la fundación del Padre Mario, que cuenta con el apoyo de ese club deportivo, en la localidad bonaerense de González Catán. Scioli reivindicó a la "la religión y el deporte" como pilares para "rescatar las instituciones y superar dificultades". En un escenario improvisado en el interior del Polideportivo, Scioli se dedicó a resaltar la obra del religioso, al tiempo que agradeció la colaboración que la institución española brinda a la institución. Junto al candidato kirchnerista para la gobernación bonaerense se encontraban el presidente del Real Madrid, Ramón Calderón; su vice, Amador Suárez Villa; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza; el presidente de la Obra del Padre Mario, Carlos Garavelli, y funcionarios locales y municipales.
El vicepresidente de la Nación y candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires dice que se siente “absolutamente apoyado y consustanciado con este proyecto que lidera el Presidente de la Nación”. Y sobre su futura gestión, afirma: “Tenemos que convertir a los perdedores de ayer en incluidos de hoy y ganadores de mañana”
-Como gobernador de la provincia de Buenos Aires, ¿su gestión será de continuidad o de cambio?
-Creo que ahora viene el gran momento de las provincias y de los gobiernos locales; los municipios deberán aprovechar al máximo el marco que les brinda la Nación. El Estado Nacional ha hecho lo que correspondía: construir una economía fuerte y sana, con superávit fiscal, con inclusión social, con alto crecimiento e inversión en obras de infraestructura para acompañar el crecimiento de los cordones productivos. Todos estos logros tienen que llegar a cada rincón de las provincias, y particularmente a la provincia de Buenos Aires.
-¿Qué tan preparada está la provincia para encarar el desafío productivo que usted propone?
-Buenos Aires tiene un enorme potencial de desarrollo, pero para aprovecharlo es necesaria una nueva organización del estado provincial, a fin de adecuarlo a una nueva Argentina. Afortunadamente, ya no es la Argentina del 30 % de desocupación y el 60 % de pobreza. Esta es una Argentina que ha salido del default político, del económico y que se esfuerza por resolver los problemas sociales que quedan. Pero para lograrlo tiene que aumentar dramáticamente la productividad de la provincia.
-¿Y cómo piensa hacer eso?
-Hay una tarea que se debe hacer: reorganizar al estado provincial, hay que hacerlo más eficiente. Hoy, las nuevas tecnologías pueden colaborar con ello y a la vez impulsar la transformación de la provincia. No desde un estado paternalista sino desde un estado facilitador, promotor, que incentive la acción de los actores sociales.
-Buenos Aires es un mundo de contrastes, por un lado es la más rica de todas las provincias argentinas, por el otro, concentra el mayor número de pobres….
-Es una provincia muy particular. Por eso, siempre fue la provincia de Buenos Aires por un lado y el resto del país por el otro. Hoy tenemos una provincia más integrada al país pero que hay que integrarla a ella internamente. Tenemos que convertir a los perdedores de ayer en incluidos de hoy y ganadores de mañana.Una tarea enorme, porque en Buenos Aires hay más de un millón de personas que viven en más de mil villas. Sin embargo, esa tarea puede ser encarada con éxito gracias a lo que se ha hecho en la Nación y gracias al potencial de la propia provincia.
-Usted ha señalado que no sólo hay que atacar a la inseguridad si no, fundamentalmente, hay que combatir sus causas.
-El tema de la inseguridad es un problema de todos, y por eso debe ser resuelto mediante la participación ciudadana, construir confianza y respeto en la relación con la policía. La crisis económica hizo estragos en los valores, en la familia. Por eso, el plan de viviendas es muy importante, para brindar la seguridad del techo propio, la contención social que sólo puede brindar la familia.
-¿Cómo piensa resolver el problema de la educación, que ha sido uno de los talones de Aquiles de la provincia?
-Tenemos una nueva ley nacional de educación que compromete presupuesto, hay que aprovechar esos nuevos recursos generando una educación de mayor calidad. Pero ahí no se agota la tarea. Tenemos que desarrollar una mejor infraestructura social: vivienda, asfalto, procesamiento de la basura, seguridad y, fundamentalmente, dar trabajo. Todo esto hace a la justicia social, a llevar a cabo acciones que integren a la sociedad.
-¿Por ejemplo?
-En el seminario de la Fundación Primero Argentina se expuso un proyecto que promueve tarifas comunitarias especiales dirigidas a las entidades que cumplen un rol social. Tenemos 3.500 clubes de barrio en el país, en la provincia debe haber 800 y yo quiero articular al estado con esas organizaciones que conocen muy bien la problemática de su barrio, la escuela, el club, la sociedad de fomento. Tenemos que reconstruir la tradición de la inclusión social.
-Allí criticó a quienes justo cuando empezamos a ver la luz al final del túnel, pretenden comprar más túnel…
-Sí, no entiendo a quienes después de la tormenta y cuando ya cruzaron la mitad del río, quieren volver a la tormenta. Hay muchas cosas para hacer, pero tampoco podemos desconocer que la Argentina está hoy mejor y con muchísimas más posibilidades de solucionar los problemas que antes.
-¿Extiende esa búsqueda de sinergia entre el Estado y la sociedad civil, también a la cuestión productiva?
-La clave es el diálogo permanente con los sectores de la sociedad: los sectores productivos, los sectores educativos, el sector de la energía. Se trata de articularlos para potenciar su capacidad productiva. Hablar con cada sector productivo y ver qué necesitan para aumentar su capacidad. De relacionar a la educación con la producción. De diversificar la matriz energética produciendo bio-combustibles, fomentando la energía eólica. De aprovechar los puertos de la provincia de Buenos Aires, para resolver el cuello de botella que enfrentan nuestros productos para ser exportados. Tenemos 12 puertos y hay que aprovecharlos al máximo.
-¿Ha tenido en cuenta experiencias comparadas para sus proyectos?
-Sí, claro. En el exterior está lo hecho por Italia, que es un país emblemático en lo que se refiere a las pymes. Estamos muy bien con ellos, lo pude palpar en mi viaje. Aquí hay 800 asociaciones ítalo argentinas, culturales, deportivas, empresarias, sociales, así que el potencial cooperativo a desarrollar entre los dos países es muy grande. Pero aquí también tenemos ejemplos: la Universidad de Tandil, con su polo tecnológico; es maravilloso lo que allí se ha hecho.
-¿Y qué papel tienen en esta tarea productiva las intendencias?
-Protagónico, obviamente. Hay que trabajar con los 134 intendentes y estar atento a las necesidades de cada municipio para desarrollar su sector productivo, su educación, el mejoramiento de sus servicios, para que cada vecino pueda dar lo mejor de sí, y obtenga lo mejor de su Gobierno. Los intendentes me han visto trabajar cuando era secretario de Turismo y Deporte. Siempre consideré la importancia de los gobiernos locales, me gusta trabajar con ellos, motivarlos promoviendo las fuerzas de la provincia. Y también hay que plantear y resolver los problemas del área metropolitana juntamente con las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires, la avenida General Paz debe promover la integración.
-¿Considera que este es un buen momento para la producción bonaerense?
-Es excelente. Hay que darse cuenta de que en la provincia de Buenos Aires se abre una oportunidad increíble con las energías renovables para que el campo no sólo sea un proveedor de alimentos sino también de energía alternativa de mejor calidad, que no afecte a nuestro medio ambiente. Pero también hay que salir al mundo a buscar inversión. Se trata de lograr más Buenos Aires en el mundo, y más mundo en Buenos Aires. Y para ello, quiero poner a la provincia en las mayores condiciones de competitividad, no quiero que se me escape ni una inversión.
-¿Se siente respaldado en esta tarea por el Presidente?
-Totalmente. Me siento absolutamente apoyado y consustanciado con este proyecto que lidera el Presidente. En 2003 se consideró mi inclusión como una estrategia electoral. Poco a poco, se fue dando una relación de enorme confianza y madurez. Que se renueva, se revitaliza, se potencia a futuro. Yo ahora debo honrar la confianza que me ha dado el Presidente y las expectativas de la gente, primero como candidato y luego como gobernador *
-Como gobernador de la provincia de Buenos Aires, ¿su gestión será de continuidad o de cambio?
-Creo que ahora viene el gran momento de las provincias y de los gobiernos locales; los municipios deberán aprovechar al máximo el marco que les brinda la Nación. El Estado Nacional ha hecho lo que correspondía: construir una economía fuerte y sana, con superávit fiscal, con inclusión social, con alto crecimiento e inversión en obras de infraestructura para acompañar el crecimiento de los cordones productivos. Todos estos logros tienen que llegar a cada rincón de las provincias, y particularmente a la provincia de Buenos Aires.
-¿Qué tan preparada está la provincia para encarar el desafío productivo que usted propone?
-Buenos Aires tiene un enorme potencial de desarrollo, pero para aprovecharlo es necesaria una nueva organización del estado provincial, a fin de adecuarlo a una nueva Argentina. Afortunadamente, ya no es la Argentina del 30 % de desocupación y el 60 % de pobreza. Esta es una Argentina que ha salido del default político, del económico y que se esfuerza por resolver los problemas sociales que quedan. Pero para lograrlo tiene que aumentar dramáticamente la productividad de la provincia.
-¿Y cómo piensa hacer eso?
-Hay una tarea que se debe hacer: reorganizar al estado provincial, hay que hacerlo más eficiente. Hoy, las nuevas tecnologías pueden colaborar con ello y a la vez impulsar la transformación de la provincia. No desde un estado paternalista sino desde un estado facilitador, promotor, que incentive la acción de los actores sociales.
-Buenos Aires es un mundo de contrastes, por un lado es la más rica de todas las provincias argentinas, por el otro, concentra el mayor número de pobres….
-Es una provincia muy particular. Por eso, siempre fue la provincia de Buenos Aires por un lado y el resto del país por el otro. Hoy tenemos una provincia más integrada al país pero que hay que integrarla a ella internamente. Tenemos que convertir a los perdedores de ayer en incluidos de hoy y ganadores de mañana.Una tarea enorme, porque en Buenos Aires hay más de un millón de personas que viven en más de mil villas. Sin embargo, esa tarea puede ser encarada con éxito gracias a lo que se ha hecho en la Nación y gracias al potencial de la propia provincia.
-Usted ha señalado que no sólo hay que atacar a la inseguridad si no, fundamentalmente, hay que combatir sus causas.
-El tema de la inseguridad es un problema de todos, y por eso debe ser resuelto mediante la participación ciudadana, construir confianza y respeto en la relación con la policía. La crisis económica hizo estragos en los valores, en la familia. Por eso, el plan de viviendas es muy importante, para brindar la seguridad del techo propio, la contención social que sólo puede brindar la familia.
-¿Cómo piensa resolver el problema de la educación, que ha sido uno de los talones de Aquiles de la provincia?
-Tenemos una nueva ley nacional de educación que compromete presupuesto, hay que aprovechar esos nuevos recursos generando una educación de mayor calidad. Pero ahí no se agota la tarea. Tenemos que desarrollar una mejor infraestructura social: vivienda, asfalto, procesamiento de la basura, seguridad y, fundamentalmente, dar trabajo. Todo esto hace a la justicia social, a llevar a cabo acciones que integren a la sociedad.
-¿Por ejemplo?
-En el seminario de la Fundación Primero Argentina se expuso un proyecto que promueve tarifas comunitarias especiales dirigidas a las entidades que cumplen un rol social. Tenemos 3.500 clubes de barrio en el país, en la provincia debe haber 800 y yo quiero articular al estado con esas organizaciones que conocen muy bien la problemática de su barrio, la escuela, el club, la sociedad de fomento. Tenemos que reconstruir la tradición de la inclusión social.
-Allí criticó a quienes justo cuando empezamos a ver la luz al final del túnel, pretenden comprar más túnel…
-Sí, no entiendo a quienes después de la tormenta y cuando ya cruzaron la mitad del río, quieren volver a la tormenta. Hay muchas cosas para hacer, pero tampoco podemos desconocer que la Argentina está hoy mejor y con muchísimas más posibilidades de solucionar los problemas que antes.
-¿Extiende esa búsqueda de sinergia entre el Estado y la sociedad civil, también a la cuestión productiva?
-La clave es el diálogo permanente con los sectores de la sociedad: los sectores productivos, los sectores educativos, el sector de la energía. Se trata de articularlos para potenciar su capacidad productiva. Hablar con cada sector productivo y ver qué necesitan para aumentar su capacidad. De relacionar a la educación con la producción. De diversificar la matriz energética produciendo bio-combustibles, fomentando la energía eólica. De aprovechar los puertos de la provincia de Buenos Aires, para resolver el cuello de botella que enfrentan nuestros productos para ser exportados. Tenemos 12 puertos y hay que aprovecharlos al máximo.
-¿Ha tenido en cuenta experiencias comparadas para sus proyectos?
-Sí, claro. En el exterior está lo hecho por Italia, que es un país emblemático en lo que se refiere a las pymes. Estamos muy bien con ellos, lo pude palpar en mi viaje. Aquí hay 800 asociaciones ítalo argentinas, culturales, deportivas, empresarias, sociales, así que el potencial cooperativo a desarrollar entre los dos países es muy grande. Pero aquí también tenemos ejemplos: la Universidad de Tandil, con su polo tecnológico; es maravilloso lo que allí se ha hecho.
-¿Y qué papel tienen en esta tarea productiva las intendencias?
-Protagónico, obviamente. Hay que trabajar con los 134 intendentes y estar atento a las necesidades de cada municipio para desarrollar su sector productivo, su educación, el mejoramiento de sus servicios, para que cada vecino pueda dar lo mejor de sí, y obtenga lo mejor de su Gobierno. Los intendentes me han visto trabajar cuando era secretario de Turismo y Deporte. Siempre consideré la importancia de los gobiernos locales, me gusta trabajar con ellos, motivarlos promoviendo las fuerzas de la provincia. Y también hay que plantear y resolver los problemas del área metropolitana juntamente con las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires, la avenida General Paz debe promover la integración.
-¿Considera que este es un buen momento para la producción bonaerense?
-Es excelente. Hay que darse cuenta de que en la provincia de Buenos Aires se abre una oportunidad increíble con las energías renovables para que el campo no sólo sea un proveedor de alimentos sino también de energía alternativa de mejor calidad, que no afecte a nuestro medio ambiente. Pero también hay que salir al mundo a buscar inversión. Se trata de lograr más Buenos Aires en el mundo, y más mundo en Buenos Aires. Y para ello, quiero poner a la provincia en las mayores condiciones de competitividad, no quiero que se me escape ni una inversión.
-¿Se siente respaldado en esta tarea por el Presidente?
-Totalmente. Me siento absolutamente apoyado y consustanciado con este proyecto que lidera el Presidente. En 2003 se consideró mi inclusión como una estrategia electoral. Poco a poco, se fue dando una relación de enorme confianza y madurez. Que se renueva, se revitaliza, se potencia a futuro. Yo ahora debo honrar la confianza que me ha dado el Presidente y las expectativas de la gente, primero como candidato y luego como gobernador *